El Palacio de Lecumberri, primer edificio construido con el propósito de ser penitenciaría y, más tarde, modificado para ser desde 1982 el Archivo General de la Nación, fue el pasado sábado 24 de septiembre el punto de encuentro de los ex alumnos del ITAM, que junto con familiares y amigos disfrutaron de una cautivadora visita guiada por las secciones que resguardan poco más de tres siglos de historia nacional.
Iniciado por el Virrey de Revillagigedo bajo el nombre de Archivo General de la Nueva España, el Archivo General de la Nación, órgano de la Secretaría de Gobernación, en la actualidad resguarda alrededor de 3,500 millones de hojas en las cuales se puede ir descubriendo la historia de México y unas décadas de la Nueva España. Durante los siglos XIX y XX, el AGN pasó tuvo como sede la UNAM, el Palacio de Gobierno, y fue hasta 1973 que se asignó el Palacio de Lecumberri, antiguamente la prisión más lúgubre de México, como sede oficial. Hasta 1982 que el presidente en funciones López Portillo lo dio por inaugurado.
Con una arquitectura panóptica que aprovecha el inmenso espacio de la antigua prisión, jardines y salones con piso de mármol y bóvedas majestuosas, el Palacio de Lecumberri cautivó a los ex alumnos, quienes atentos y con participaciones que enriquecían la visita, escuchaban la historia tanto del AGN, como la historia y rumores que hasta la fecha cercan la realidad de los que fue el llamado Palacio Negro de Lecumberri.
Se inició la visita al recorrer la exposición de códices de la época prehispánica y colonial; el salón principal, donde se expone la Constitución original de 1917 y la sección mural. Posteriormente, se pasó a la sección de los jardines, donde los ex alumnos se llevaron una sorpresa al ser sorprendidos por la dramatización de Francisco I. Madero, quien dio una última reflexión sobre su trayectoria revolucionaria y su dramático final, pues fue ejecutado a espaldas del edificio junto con José María Pino Suárez, y posteriormente, enterrados dentro de la prisión.
Guiados por un cantante revolucionario acompañado con su guitarra, los visitantes guiados a los famosos “pays” de Lecumberri, donde hoy sólo queda la torre de control y la base de lo que sostenía los muros de la separación de las jaulas de prisión. Allí, fueron nuevamente sorprendidos por la dramatización de un estudiante encarcelado por los movimientos del 68, quien al recordar a los líderes juveniles encarcelados en Lecumberri por protestar en la Plaza de las Tres Culturas, entre los que se encontraron José Revueltas, resumió con su frase final, inspirado en la famosa frase de Calderón de la Barca, el pensamiento nostálgico que dominó a Lecumberri en el 68, “la vida es sueño y los sueños, sueños son”.
Ingresados nuevamente al salón principal, los ex alumnos fueron invitados a ver la maqueta de lo que será el nuevo proyecto para el AGN: la construcción de un nuevo edificio justo enfrente de Lecumberri, que tendrá mejor tecnología e instalaciones para que la tan amplia historia mexicana resguardada por el Archivo se conserve en mejores condiciones.
Antes de pasar a la actividad didáctica que se incluía en tan exquisito recorrido, los ex alumnos fueron guiados a la sala de video para ver una proyección de Lecumberri, donde se observaban fotos y el recuento de las películas inspiradas y filmadas en Lecumberri: “Nosotros los pobres”, “El Apando”, “Lecumberri Palacio Negro”.
Para terminar tan agradable visita, se realizó la actividad didáctica donde los visitantes prepararon tinta ferrogálica, tinta con la cual fueron escritos muchos documentos del siglo XIX, guardados, en original, hoy día por el archivo: Acta de Independencia, Sentimientos de la Nación y los primeros escritos de Miguel Hidalgo.
Al terminar de escribir con pluma de ganso y tinta ferrogálica, los ex alumnos disfrutaron de un convivio con tamales.